domingo, 7 de febrero de 2010

Sueños perdidos de mundos inexistentes Cp. #1

domingo, 7 de febrero de 2010
El Pozo.

Esta mañana me levante contento, creyendo que hoy sería por fin el día en el cual encontraría agua, me levanté de mi colchón, miré por la ventana, el cielo seguía cubierto de nubes, pero hacía tiempo que no llovía, trate de respirar profundamente de nuevo, después tosí un poco para aclarar la voz, me vestí, tomé mi morral con el jarrón, y salí para buscar agua, de nuevo.

Esta vez decidí aventurarme a otro edificio desconocido, pienso que era el más completo, aún tenía todas sus ventanas, rotas, pero las conservaba; entré con cuidado fui pisando el piso, recolecté todo el papel posible para poder seguir escribiendo, mientras lo hacía también reuní unos cuantos libros, también algo de tinta, tenía ya la mitad del envase derramada en el piso, pero aún así con mis manos intente juntar la mayor posible y devolverla al frasco. Había demasiada gente en este edificio en particular, pero como todos los demás parecían estar profundamente dormidos. Muchos de ellos estaban tan cansados que dejaron de respirar. Los demás no podían despertar por más que intentara convencerlos.

Seguí caminando por la calle, cada día intentaba llegar más lejos, pero tenía demasiado miedo en que me llegara a perder así que trataba de marcar los lugares que ya había visitado con tinta roja, "si, ahí esta la marca" me dije a mi mismo, caminé más adelante y empecé a sentir algo húmedo en el ambiente, por un momento tuve la esperanza de que fuera lo que estaba esperando, pero al inhalar descubrí que no era el agua que buscaba, se trataba del agua mala, que hace que las cosas se deshagan, y que hace que te dé más sed en vez de calmartela. Al sentir esto decidí que era mejor regresar, creyendo que lo intentaría una vez más el día de mañana.

De nuevo en mi casa, comencé a leer en donde me quede, uno de mis libros favoritos, no estoy muy seguro de su título, puesto que cuando lo encontré carecía de portada, y estaba dividido en 2 partes, que a su vez se dividía en capítulos que a su vez se dividía en más capítulos, tanto que uno sólo lo llegaba a constituir casi una oración o varias; el personaje principal de la historia era el más interesante, al parecer nadie lo quería, pero a él no le importaba, todo lo contrario, intentaba hacer que le gustasen todas las personas e impresionaba a sus amigos haciendo trucos de magia, y también era bueno poniendo apodos, al final, se va a dormir durante 3 días y luego ocurren cosas extrañas que vuelven a todos los que estaban a su alrededor muy felices, el último capítulo es algo aburrido, porque casi todos están tristes y al final todos se van a dormir esperando a que un día se despierten, a veces me gusta imaginar que alguien de allá afuera, de todos los que están dormidos, pueda despertar y leer todo lo que escribo, aunque primero tendría que enseñarle como leer, supongo.

Salí por un momento de mi casa para encontrarme con Lina, como los demás, ella también estaba dormida, pero no quería despertarla, así que cuando la encontré simplemente la llevé a mi hogar, no sé porque, pero había algo en ella que al verla me provocaba estar completamente feliz, recuerdo que cuando la traje la deje recostarse afuera, estaba algo fría y completamente cubierta de una cosa blanca, cuando desperté el día siguiente, había mucha agua al rededor de ella, y se me ocurrió probarla, sabía bastante bien, tanto que me convenció la idea de que debía salir en busca de más.

Decidí que era momento para que se acabara el día, y me fui a dormir, a veces tenía miedo de quedarme dormido como los demás, especialmente porque recuerdo ya haber encontrado varias veces agua del otro lado, pero que por alguna razón, no sabía igual que la de este lado, prefiero el agua de este lado, que del otro.

Desperté de nuevo y decidí empezar el día otra vez, una vez más quería encontrar agua, y como siempre tomé mi morral con el jarrón, hacía el otro lado que había ido ayer, comencé a explorar una vez más los edificios, con mucho cuidado de no romperlos, entonces llegué a donde estaban los elefantes, también dormidos, como siempre, empezaba a creer, que era la única persona despierta de ese lugar, y pensaba que quizá, ellos despertaban mientras yo estaba dormido, y por eso a veces prefería no dormir, pero sin darme cuenta me quedaba quieto en un solo lugar, y sin querer, ya me encontraba del otro lado de un momento a otro. En el horizonte logre divisar un montículo de cosa blanca bastante grande, y se me ocurrió que podría ir allá el día de mañana para conseguir algo de eso, quizás esa cosa blanca haga aparecer agua, pensé, una vez más marque con tinta roja donde me quedé, y regresé a mi casa.

Estuve un momento con Lina para que me diera ánimos de que encontrara agua mañana, y sin más demora me fui a dormir, impaciente de lo que me esperaba.

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