sábado, 20 de diciembre de 2008

Un remix de Navidad (A christmas carol remix).

sábado, 20 de diciembre de 2008
Si, ya mero es navidad, y sí, decidí hacer mi propia versión del ya exagerádamente explotado cuento de Carlitos Dickens, así que disfrutenla, y feliz navidad... y feliz año que entra.

NOTA: 

- Nunca leí la historia original intencionalmente tratando de basarme en las tantas adaptaciones que uno puede encontrarse, así que si omitó algo importante, ahora saben porque, pero prometo leerlo completo después de esto.

- Pensaba incluír muchas malas palabras en la historia, pero debido a que muchos de mis lectores son menores de edad, haré 2 versiones una con censura y otra sin ella, la subiré pronto, espérenla, mientrás tanto toda mala palabra será sustituida por un asterisco (*), así que pueden dejar que su mente enferma proboque un poco de creatividad con la mala palabra de su preferencia
 
Primera Parte

Era la mañana de la noche de Nochebuena (mañana de la noche de Nochebuena, jaja, ese fué bueno); Evenaizer Scotch director y CEO de 3M estaba en junta para sacar un nuevo producto que como siempre, no tenía nada que ver con todo lo demás que su compañía vendia, esta vez, iban a ser juguetes que se pegaban a la pared llamados: " post-pooh", para que los padres se los compraran a sus hijos en esta navidad; era raro porque el realmente no creía en esas cosas, lo que es más aún, en realidad era ateo, había dejado a su mejor empleado Roberto Carcachit, que también era el más jóven, a cargo del proyecto, el señor Scotch no iba a pagarle su sueldo hasta que terminara el proyecto (ni siquiera el aguinaldo), ya que hubiera preferido poner a alguién más "maduro" a cargo, pero el consejo no se lo pemitió, Roberto comenzó a quejarse, puesto mañana era navidad y el preferiría estar con su familia a sacar un nuevo producto, pero el señor Scotch le respondió: "¿Navidad?, ¿De verdad crees en esa *?, ¡No es más que una *!, no es más que un pretexto para que nosotros nos hagamos ricos mientras vendemos * a las mentes de * ignorantes", "pero señor", le contestó, "No se trata sólo de eso, lo que importa es el cariño y la unión de tus semejantes", "¿Pués sabes que?, !A mi la navidad, me vale *!, mientrás la gente siga comprando yo soy féliz".

En ese momento el celular del señor Scotch sonó, era su sobrino Peter que quería desearle féliz navidad, pero el le contestó: " ¡Mira *, ya no me estes *, con esas *, ya me * todo el * día de ayer * y estoy bien * fastidiado de tí, así que cuelga ese * telefono, y déjame en paz de una * vez", "¡*!"
arrojo su telefono al suelo y lo rompió en muchos pedacitos, luego se largo... digo, se fué a su casa.

Era una mansión muy bonita, pero Evenaizer era tan tacaño y avaro, que no quería gastar ningún sólo centavo en ningún sirviente, así que la casa estaba llena de telarañas y polvo porque nadie la limpiaba, la única habitación que estaba decentemente aseada, era su recamara, que prácticamente era el único cuarto que visitaba en todo el día, así que se acostó pero antes de eso una extraña ventizca invadió la habitación, "Evenaizer...", se comenzó a oír "Evenaizer..." con una voz escalofriante, Scotch volteó a ambos lados y levanto un dedo de su mano izquierda, "Evenaizer..." se volvió a oír volteó a el frente y apareció un horroroso rostro de un hombre sin un tuerto, y calvo, Evenaizer resongó: "¡Largo de aquí o llamaré a la policia!", "¿Qué a caso no me recuerdas?", dijo el hombre de cara fea, "Yo era dueño de lo que ahora tu controlas... Jacobo Buckley", "claro", de repente recordó Scotch, "¿Qué no estabas muerto?", "¡Lo estoy *!, ¡Tú me mataste *!", "¡Ah!, de veras, oye, perdón por eso" le respondió Scotch, "Ya no importa, quiero decirte algo importante, en este momento me estoy pudriendo en el infierno por drogarme y acabar mi vida con los excesosde el alcohol y el tabaco, y te prevengo para que tu no hagas lo mismo", "Pero... yo no bebo, ni me drogo ni fumo", respondió Scotch, "Ah, entonces creo que no era eso... Espera, ya me acordé, te iba a decir que tampoco fueras avaro ni envidioso ni... eh
... malo" (come frutas y verduras), "¿Y eso qué?, a la * con todo eso", "Ya sabía que no me ibas a escuchar", respondió, "Así que te voy a mandar 3 * fantasmas para que te traumen y no tengas la misma suerte que yo... Ahora tengo que irme", "Espera..." lo detuvo Scotch, "¿Porque quieres ayudarme?", a lo que Jacobo le respondió "... eh..., no sé, la verdad, según yo así iba el cuento... ¿Sabes qué?, mejor ya sé, no me hagas caso a nada de lo que dije, así terminarás peor que yo, y tendre mi venganza... Ahora debo irme". Scotch sólo dijo "Ah, bueno" y se fué a dormir.

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