todo mundo seguia con la fiesta; pero el azúcar murió
no fué la sal ni la crema para el café; fué la misma azúcar que quizo acabar consigo misma
aún no sé porque; pero es cierto que desde entonces ya nada me ha sabido dulce.
Ahora todo té o café me sabe a pura amargura; de hecho ya ni siquiera puedo beber
mi garganta me abandonó al saber la noticia de que el azúcar había pasado a mejor vida
los dulces, pequeños que solían bailar como locos en las fiestas; ahora mientras sus padres se divierten ellos esperan.
Lo que nadie pudo entender; es que como fué posible que el porcentaje de gente diabética aumentó
fué más extraño aún, fué el chocolate..., el fiel amigo del azúcar, el que realmente lo asesinó
al hacer tratos con el alcohol; que a todo le ponía mejor sabor.
Al ver lo que le había hecho su propio hijo; el azúcar murió...
(NOTAS).
1.- Recordemos que todo tipo de alcohol ingerible, es a fin de cuentas la fermentación del azúcar (fructuosa) de alguna fruta.
2.- La historia es un poco difícil de entender así que les daré una pista, tiene que ver con la madurez, y de la transición de la inocencia infantil a la edad adulta.
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