Bienvenido a casa
Bajé del auto las maletas y entramos juntos a la casa, noté de inmediato que Vannessa había regresado, debido a que se encontraba su moto estacionada en la cochera.
Ya dentro de la casa la primera cosa que notó Billy fué la presencia de Vannessa, de repente se quedó embobado, que no notó que le estaba hablando, sus ojos parecían como una especie de scanner que verificaba todo el cuerpo de Vannessa una y otra vez; supuse inmediatamente que se le habían alborotado las hormonas, y sonreí lentamente, Vannessa hizo lo mismo, hasta que de repente reaccionó.
- Tienes una hermosa novia -trato de decir aún embobado con la boca abierta.
- No es mi novia; es mi... eh... hermana -le dije mientras miraba de reojo a Vannessa.
- ¿Y tu quién eres?; ¿Amigo de Morgue? -Preguntó Vannessa
- ¿Yo?... Yo soy... eh... ¿Quién soy? -dijo Billy, definitivamente estaba distraído.
- Es el hijo de Bill -mencioné, Vannessa me miró con una cara de duda, la cual respondí moviendo la cabeza de arriba a abajo, entonces me volvió a mirar señalando la sala, entonces moví la cara para indicar que había entendido.
- ¿Billy, podrías darnos un segundo?; puedes comer cualquier cosa que este en la alacena excepto las galletas, necesito hablar con Vannessa un minuto. -Dije
- Claharooo...-dijo, de alguna manera volviendo a la realidad.
Antes de ir, abrí la alacena para sacar un viejo tablero de ajedrez ya muy gastado, como si lo hubiesen estado lijando.
- Vámos, te ayudará a relajarte -le dije mientras agitaba la caja con las piezas sonándo.
mientras acomodábamos las piezas comenzamos a hablar:
-¿Bill?; es extraño que una persona como él fuera un padre, y aún peor que intentara ser responsable; no me inmagino la vida del niño su hubiera vivido con él. -Dijo Vannessa.
- Lo sé, aunque sabes, aún tengo mis dudas de que realmente sea su hijo -le dije
-¿Porqué piesnas eso?
- Creo... porque puedo sentirlo... que él es uno de nosotros.
- ¡Eso es imposible!, recuerda el número limitado siempre es el mismo, y el último que apareció fué hace ya más de 500 años.
- Pero recuerda que nuestra combinación genética sigue expuesta, y aún cabia la posibilidad de que nuestro gen volviera a copiarse
- Pero eso significa que alguién tuvo que romper el código
- Eso me temo... pero aún así no podemos dejar que alguién más lo encuentre y aproveche sus habilidades en nuestra contra.
- ¿Piensas entrenarlo?
- No tengo otra opción
- Pero... ¿Crees que estas listo?
- Sabes lo que vienes a hacer al mundo, cuando lo logras, puedes abandonarlo sin sentir ninguna culpa.
- ¿Y cómo piensas decirsélo?
- Como cualquier cosa en este mudo... con tiempo.
Sobre las batallas de ajedréz, nuestro estilo era singular, en la mayoría de los casos, son 2 oponentes que mueven sus piezas estratégicamente para evitar que el rey caiga, y que caiga el del oponente, en nuestro caso, cada jugador sabe exáctamente el siguiente moviemiento del otro, así que debe mover su pieza lo más rápido posible para que no pueda predecir su siguiente movimiento, todos los juegos son extremadamente rápidos durando de 1 a 3 minutos, moviendo las piezas de manera agresiva y usando técnicas para moverlas más rápido. Nosotros solímos usar el ajedrez para desarrollar más nuestra habilidad de predicción.
Al final (una vez más) gané yo acorralándola con mi rey y un peón, puesto que no quedaba otra pieza en el tablero.
- Haz mejorado -le dije con (otra) sonrisa.
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